El buen funcionamiento de una web se ve definido por un conjunto muy amplio de factores como el diseño, la usabilidad, optimización para buscadores, difusión de contenidos, contenidos relevantes, contenidos adecuados, etc.

El trabajo invertido en cada uno de estos factores determinará el grado en que el sitio cumple con sus objetivos (vender, divulgar, captar clientes, etc).

Entendemos por “contenido web” todo aquel documento, imagen, animación, video, etc, que puede ser interpretado por un navegador y que sirve para mostrar información de cualquier tipo (gráfica, textual, contextual, etc).

Lo primero que se debe destacar de la relación entre el contenido y la web, es que el valor que le da cada visitante a cada página de la web lo marca su contenido. Debido a esto, siempre es conveniente recordar que en la creación de un portal, el contenido (definido inicialmente en el proyecto) es el que define en parte la forma de la web (diseño grafico, secciones, navegabilidad, etc) y no al revés.

La razón es mejorar el posicionamiento en los buscadores y de esta manera aumentar la visibilidad del sitio. Pero existe otra razón, mas transparente  y con la cual se comenzó probablemente el concepto de Internet: el contenido es el motivo por el cual entramos a la red. No habría buscadores si no fueran para la búsqueda de algún tipo de contenido: texto, imágenes, videos, etc.

Entonces, si el contenido es la razón que nos hace interactuar en internet, es lógico pensar en que hay que alimentar a ese usuario que está en búsqueda de algo con contenido relevante sobre lo que busca. De esta manera, podemos captar la atención de personas que luego se pueden convertir en clientes o simples lectores de nuestro contenido.

Podemos considerar un buen contenido web aquel que está concebido para Internet, que se ajusta a los objetivos del sitio, da respuesta a las necesidades de los visitantes, presentan y definen claramente los productos y servicios ofertados, o están optimizados para los buscadores.

Es recomendable que los contenidos cumplan con las siguientes características:

Claridad: Cualquiera que sea el tema del sitio web o la especialidad, es conveniente que el visitante encuentre contenidos en un lenguaje claro, sin mucha “jerga” o demasiados términos técnicos o científicos.

Ubicación: La ubicación de los contenidos en un sitio web, está directamente relacionada con el objeto del mismo, si el sitio es comercial o empresarial se puede jugar de distintas formas para acomodar los contenidos. Lo ideal es que estén bien organizados, con buen espacio y tamaño de fuente.

Visualización: No hay que ser “tacaño” con el espacio que nos brinda un sitio web. El utilizar letras demasiado pequeñas ahuyenta al visitante. Si lo que se quiere decir es demasiado extenso, organice la información por módulos o subtítulos del tema principal y permita a su visitante que acceda a otra página y continúe leyendo el tema de su interés.

Por lo tanto ha de desarrollar su contenido dependiendo de sus objetivos y en base a unas características, siendo claro y cubriendo las necesidades de información. La optimización del contenido web se transformará en resultados visibles.

Fuente: pupulart.info

 

Ir al contenido